4.28.2007

Un pajarito.

Voy a empezar contando que esto ocurrió justo después de fumar marihuana.

La paz salió con las niñas donde la madrina de la más grande, y yo me quedo acá en la casa trabajando en pillar la máquina un poco. Estoy atrasado en todo.

Se fueron, trabajé un rato y justo cuando termino de fumarme un moñito en una pipa chica, tocan el timbre. Era una señora del condominio, según ella, que nunca había visto, que con una cara pálida y media desesperada me pide que por favor le saque un pajarito que se le metió en una de las piezas de arriba. Accedo sin pensarlo dos veces y en el tránsito de mi casa a la suya veo a otro vecino de otra casa cerrando la reja de afuera…¿por que no fue él a ayudarlas y me fueron a joder a mi?

Ya dentro de la tercera casa de el frente veo a la abuela que si he visto, si conozco, si saludo y si converso con ella a veces cuando me la topo en la puerta… me dicen que ambas le tienen miedo a los pájaros (en ese momento no me detuve a pensar en el doble sentido pícaro de la situación, jajaja), me hacen pasar a la pieza y cerrando la puerta detrás de mi y ellas se encierran una en la pieza contigua y la otra en la cocina en el piso de abajo.

En este momento veo al pajarito, una minucia negra con el pecho azul brillante, con un jopo pequeño pero perfecto… nunca he visto un ave en estado salvaje tan de cerca. Lo seguía con las manos arriba lento para no asustarlo más. Tome una chaqueta, me ofrecieron una toalla, pero no… lo iba a atrapar a lo Karate Kid, con las manos. Revoloteaba por toda la pieza y me di cuenta que se iba a cansar en algun momento e iba a tener que pararse, y en ese momento lo tomaba. Eso paso desde que lo pensé unos 5 minutos. En se tiempo ya me conocía la ubicación de todas las cosas de la pieza y me movía diestramente con mi vista puesta en el pajarito. Se paro y lo atrapé.

Una vez estuvo en mis manos no sentí ningún intento de querer escaparse. Ninguno. Salí de la pieza con él en las manos, y mis vecinas asomaban las caras por la puerta entrecerrada y me decían que me lo llevara… que no podían creer que yo lo llevara entre las manos. A un pajarito…

Nunca había soltado un pájaro de mis manos. Es una sensación rica… lo llebaba cómodamente en mis manos y al abrirlas activó la maniobra de vuelo y se fue volando súper rápido.

Y bueno… la verdad es que ese pájaro me salvó a mí más de lo que yo lo salve a él, por que la única vez que maté un animal solo por querer fue a un pájaro con un rifle a postones. Le pegue en un árbol y cayó al suelo vivo, o medio muerto en realidad… parado al lado de el cargué el rifle y le di el tiro de gracia. Lo ultimo que hizo fué abrir sus alas como acto reflejo. Demás esta decir que me arrepiento de haber hecho eso y me voy a seguir arrepintiendo siempre… pero ahora tengo también el recuerdo de la sensación de haber liberado un pájaro.

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