12.15.2005

Pelea.

Como esto es un blog, voy a comenzar a hablar más de mi... y les voy a contar una historia:

Alguna vez fuí joven y cometí un montón de errores que me enseñaron cosas buenas que ahora aplico con mediano éxito. Uno de estos errores ocurre en una calle de San Fernando (aquí es donde en las películas se difumina la imagen y llega al lugar contextual del relato). Estaba yo en una de mis frecuentes aventuras etílicas en la calle, obviamente ebrio, afuera de la única botillería abierta a esa hora.... en el centro de San Fernando. Apoyaba la vertical en un poste con los ojos cerrados esperando que mis compañeros de farra compraran el último copete de la noche, en cuanto escucho una voz que me dice:
- Agarra bien el poste weón, no se vaya a caer!
- Agárrame este otro - Ahhh!lo cagué... pienso.

Tres segundos después recibo un energético empujón que me hizo abrir los ojos, solo para ver a un mastodonte medio metro más grande que yo, maceteado y con los puños como dos melones. Estaba súper enojado, obviamente no conmigo... pero conmigo se iba a desquitar.

- Que me dijiste!. Me dijo.

Pienso un segundo la respuesta... a todas luces apresurada.

- Si escuchaste bien po... Agárrame este otro. Alcancé a terminar la frase cuando me llega un medio combo en lo que se llama hocico.

Cuando a uno le pegan un combo atina de una… aunque ande curado. El poder de la adrenalina. Ahí recién me di cuenta del cuadro completo. Estaba el personaje antes mencionado frente a mi con las manos empuñadas, más allá reconocí al "Starman", que según sabía se había arrancado de la cárcel de Rengo con una metralleta robada a un gendarme, y andaba fugado por los cerros y poblaciones marginales, más otros dos o tres personajes nada de amigables. Por el otro lado estaba mi bando... me acuerdo del puro Bestia, pero estoy seguro que andaban otros, también listos pa la mocha, con las manos empuñadas a la espera de mi reacción. En general todos los que estaban ahí eran peleadores frecuentes (menos yo, claro), en especial los del bando contrario... los del Starman. Seguramente alguno de nosotros se iba a ir de ahí mal herido si es que nos íbamos a las mangas, así que nuevamente la decisión estaba en mí… en el más débil.

Me toqué la cara y no había sangre. ¡Gracias copete! por anestesiar el golpe. Y dije:

- Que onda weón! el medio combo que me pegaste, que querís que peliemos?! por que no me agarrai este otro y nos vamos tranquilos?.

PUN! El segundo y devastador mangazo. Este si que me dolió y de hecho me hizo sangrar la nariz. Me llevo las manos a la cara llena de sangre y luego las levanto para que no me siga pegando, pienso yo... y vi como el ropero de tres cuartos que estaba al frente mío dispuesto a molerme la cara retrocedía. Di un paso hacia adelante y el retrocedió un paso. Táte. Me llené las manos con la sangre de mi nariz y empecé a correr y el arrancó, lo perseguí una cuadra y me cansé. Detrás vino el Starman y en su dialecto arrastrado me dijo:

- Tranquilo weón. Y me pasó un pañuelo suyo pa que me limpiara.

Detrás llego el Bestia:
- Loko, vamos a perseguirlo!
- Tranquilo weón, si ya ganamos.

Ahora se que corrí un peligro innecesario, y que mejor me hubiera quedado callado, pero aprendí que una pelea se puede ganar siendo derecho... es más, no hay otra forma de ganar.

Si uno hiciera siempre lo que tiene que hacer no aprenderíamos nada. Cierto?

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