
Que claro es el signo del reciclaje. Nada de crea ni se destruye, solo se transforma... pasa de un estado a otro, y es sabido que la basura de unos es el tesoro de otros.
El producto de nuestra respiración es el alimento de las plantas, las que a su vez son nuestro alimento... que nivel de empatía tenemos con lo que nos rodea hasta que nos ponemos golosos, claro.
Imagino como sería la vida si el reciclaje formara parte fundamental de lo cotidiano, como si de una vez por todas entendieramos que en este acto de amor está la clave... orden y disciplina aplicadada a una función colectiva mayor, menos contaminación y reutilización de recursos, industria y desarrollo en función de tecnología y optimización de procesos... una utopía dirán ustedes.
Un amigo bota las cascaras de tomates y zanahorias, lechughitas, palitos de fosforos y tanto otro deshecho orgánico en un lugar determinado de su patio y revuelve la tierra de vez en cuando, de la mezcla producida luego de unos días se desprende un agradable olor a bosque, y reduce considerablemente la cantidad de basura producida... y por el mismo precio tiene tierra de hojas para sus plantas.
Materiales:
- Un patio.
- Basura orgánica.
- Una pala chica.
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