5.16.2009

Fiskales en el Mauri

Esta historia cuenta como las casualidades nos ayudan a entender cómo se manifiesta el mundo en que nos movemos.

Hace un par de semanas atrás fui a ver a Fiskales en el Mauri… fui con Juan, un sanfernandino piola como cualquiera, pacifista, vegetariano y profe de matemáticas. Tenía la entrada de la paz, que por cuestiones de la vida no me pudo acompañar, así que como justo justo me lo topé esa misma mañana le pregunte si podía y al toque dijo upa.

Antes tocó 8 Bolas, y fue también cuando llego el Armando, un viejo conocido que atiende el minimarket homónimo que queda justo al lado de donde compré las entradas en preventa, venía con el Murdock. Ahí teníamos un buen grupo matizando 8 bolas… para hacerla corta al rato salen los fiskales y a toda raja pero de vuelo!

De pronto vi que saltaba del público un tremendo gargajo que le cayó al Álvaro España y la dura que sin siquiera pensarlo me fui a parar justo delante de donde estaba cantando este weón. Estaba la pura cagá ahí adelante… me quedé un rato tratando de cachar quien estaba tirándole escupos y saltaban y saltaban escupos y no podía ver de dónde chucha salían! Hasta que al fin vi una cara a mi alcance de donde salió un gargajo y en cuestiones de milisegundos cronometrados le pegué el medio cachuchazo a mano abierta y lo empuje en seguida con las sos manos en medio del tumulto punk. Lo confronté con su mala acción, a él y sus tres amigos, que ninguno pasaba los 20 años. Me decían entre la bulla que se habían vendido o algo así. Les contesté que yo no me he vendido y que igual me llegaban los escupos, todo el rato a caballazos con el pecho al que había corregido físicamente hace un par de segundos… súper amenazante. Ahí tenía contenidos a esos escupidores cuando tocan no se qué tema y queda pa patá.. weones saltando por arriba mío, empujones, codazos, cabezazos… etc! en tres tiempos todos a tierra. Me veo tirado en el suelo con locos arriba mío… apoyo los pies las manos y me paro tirando gente para el lado, cuando veo un poco mas allá al mismos weón del coscacho tirado y entregado… lo pesco del pecho y lo paro. Con el índice le hago una señal de que me debe una y el culeao atina solo a asentir con la cabeza.
Como ya estaba adelante me quede ahí, al lado del Álvaro, cuando al rato la pata de nuevo y otra vez todos a tierra… me vuelvo a parar sobre la misma y otra vez veo al culea pa la cagá en el suelo. Lo vuelvo a parar y esta vez le indico que son dos las que me debe.
Nadie más tiró escupos esa noche. Pero se empezaron a subir todos al escenario y como que no los dejaban tocar tranquilos. Triste me fui caminando de espaldas al escenario en señal de protesta. Sin mirar retrocedí unos 20 metros entre los empujones hasta que tropiezo con alguien y nos caemos. En suelo veo que es mi amigo Juan, con el que vine, que justamente estaba sentado en una silla solo al medio del Mauri.

Como fui a salvar dos veces a un pendejo que antes cachetié?

Como fui a chocar de espaldas con mi socio entre un mar de gente?

Lo mejor de todo es que el Juan está armando una banda, y que en cuento me ajuste con los tiempos, podría ser que hiciéramos algo juntos, con él y otros sanfernandinos.

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