Y aquí estamos… al borde de un colapso general en el amplio sentido de la palabra, en que grandes promesas, grandes nombramientos, grandes discursos y grandes producciones audiovisuales se suceden, pero nos seguimos calentando, enviciando, violentando y prostituyendo. Y que podemos hacer? Hablando de hacer cosas en concreto… concientizar a nuestros hijos hasta convertirlos en John Connor. Cosas inmediatas, hechos fortuitos, aduladores… dime algo que no sepa.
Se puede hacer que las ovejas caminen en fila india fácilmente, con un buen perro entrenado como Pinochet… pero hacer que el rebaño de ovejas camine en fila por que tiene la clara y absoluta convicción de que así tiene que ser… que caminen derechitas y felices al trasquiladero, pensando calentitos nosotros con nuestros chalecos que es por un bien mayor. Quien diablos en nuestros días está dispuesto a dar su vida por un bien mayor? Vivimos la agonía del sacrificio personal y por eso estamos donde estamos. La falta de disciplina. Que Jesús era un buen pastor y nos daba una tibia ilusión de felicidad, o Hitler y los nazis que confunden la raza pura con la selección natural… por miedo.
Por que yo también soy un miedoso y amante de los espejos. Un conato de pelea guapo solo con los más débiles que da solo cuando le conviene. Yo soy tu y tu eres yo, y es aquí donde todo se vuelve contra sí mismo, puro odio. Darse cuenta y perder o encontrar la motivación y el entendimiento.
Creo que tendríamos que buscar en nuestro alterego del cine y ver que nos tiene que decir… y aguantar por que seguramente nos va a doler.
Y asombrar también.
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