Viernes 21 de Abril de 2006

Por Mariela Suárez V.
Tomas un disco cualquiera que, no sabes cómo, llegó a tus manos. Está sellado, pero la carátula bastó para llamar tu atención. Ni siquiera conoces al grupo. Su nombre y el del disco están en inglés (Aisles y "The Yearning", respectivamente); los dos te parecen sugerentes. Lo abres... el book que acompaña al cd sigue cautivando tu mirada. Sin despegarle un ojo, tomas el disco y lo insertas en tu equipo. Enchufas tus audífonos y le das play. Empieza entonces un sonido que te guía forzosamente por un sendero lúdico tratando de adivinar su procedencia.
Insistes: el sonido es demasiado pulcro para ser obra de un par de novatos. Parten las voces y te invitan, en inglés, a recorrer un camino que te resulta absolutamente ajeno hasta que identificas en esa estrofa, en esa línea cargada de poesía y sentimiento, algún recuerdo de antaño.
Nada. Absolutamente nada hace pensar que la música que resuena en tus oídos sea de un grupo chileno, pero ésa es la primera sorpresa. Se trata de Aisles, el ahora septeto que el año pasado - con dos miembros menos- lanzó al mercado su primera producción y que recién comienza a cosechar frutos en su tierra, después de que en el extranjero se ganó un par de piropos de alto calibre gracias al nexo que su sello, Mylodon Records, hizo con su par francés Musea Records.
En Italia se dijo que "las siete obras de "The Yearning" son de un extremo goce (...) Un trabajo óptimo de prog-sinfónico que satisfará los paladares más refinados". En progressiveworld.net se escribió que "el nivel de la musicalidad, la calidad de las voces y el sonido general de la banda son excelentes y el primer tema es una obra maestra sinfónica casi perfecta".
Ninguno de los dos comentarios es gratuito y ambos dejan entrever que su estilo se acerca al rock progresivo sinfónico, aunque al grupo no le convenza del todo ese encasillamiento. A ratos te suena a Yes y a Rush; dos segundos más tarde te recordó a Dream Theater y, a los diez, algún acorde te traerá a la memoria a Moody Blues, Jethro Tull y Marillion. Sin mucho esfuerzo, hasta tiene algo del "Animals" de Pink Floyd.
"Al final, la fusión nos gustó"
La segunda sorpresa, y la gracia de figurar dentro de ese estilo, es que la banda no conoce a Camel o Pendragon, grupos con los que se le compara frecuentemente.
A pesar de eso, se adecúan muy bien - sin quererlo, por cierto- a los requisitos para figurar como una banda progresiva porque no dejan nada al azar: ni los visuales de su disco, ni la estética de su sitio web (www.aisles.cl) y mucho menos sus letras, que rozan la perfección lírica al escapar de clichés y rima fácil para fundirse en simbolismos y lecturas interminables.
Más que sugerir una planificación milimétrica, todo lo anterior es prueba de una sensibilidad mayor y de una incesante búsqueda de lo bello.
Tenían "el anhelo" (como se traduce el nombre del disco) de obtener un sonido que evocara múltiples sensaciones y lo consiguieron plasmando sus gustos personales. "Se fusiona el jazz con el rock, con la música clásica, con la música sinfónica, con new age entre electrónico y atmosférico. Al final, la fusión nos gustó", comenta Luis Vergara - compositor de buena parte de los temas junto a su hermano Germán y encargado del trabajo visual- , delatando que llegaron a ese sonido más bien por casualidad.
Y claro. Cuando se dieron cuenta, sabían que no era una mezcla que les llenaría los bolsillos de plata, mucho menos en un país donde no pega con facilidad. Pero quedaron a gusto con ese resultado que de verdad huele a profesional aunque, y ya como tercera sorpresa, se confiesen "autodidactas": sólo uno de sus integrantes - el baterista, que no estuvo presente en "The Yearning"- ha cursado estudios regulares de música. Siendo demasiado quisquillosos, es justamente su ausencia lo que se puede criticar al disco, pese a que lo suplieron con samples.
Afortunadamente, ya completaron la formación y tienen ganas de superarse con el segundo disco. En honor a Aisles, el nombre de la banda que en español significa "pasillo", y a esa "cualidad metafórica" que les hace "evocar un lugar vacío en el que se puede avanzar o por el que se puede llegar a otro lugar... un pasadizo, un nexo de un lugar a otro; un lugar intermedio", es que ahora pretenden continuar su derrotero musical por las nuevas sendas que les depare su evolución grupal.
De ahí que el guitarrista Rodrigo Sepúlveda adelante parte de lo que quieren hacer en su segunda producción. "Más allá de las tendencias musicales que tiene cada uno, creo que en toda esa diversidad hay un nexo, un punto en común que nos mantiene... Y al final es eso lo que queremos encontrar... que se plasme en nuestra música. Quizás en el primer disco se da, pero ahora queremos llegar a que se desnude y quede sólo la esencia", dice.
El concepto musical de la segunda placa, que esperan lanzar a comienzos de 2007, apuntará a "buscar identidad; a tratar de parecernos más a nosotros mismos para que no nos comparen con otros". Por eso, suponen que ya no será tan progresivo.
2 comentarios:
La Segunda?
Diario culiao... miente más que El Mercurio. grrrrr...
Todos mienten... el esunto es por que mienten.
Mira más allá de lo evidente Weón-O
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